Lo que VISIONEERS significa para mi
Como pasante en una cálida y amigable organización benéfica cristiana que ofrece cursos de integración para niños migrantes no acompañados, he experimentado de primera mano cómo sus miembros ponen en práctica su fe. He sido testigo directo de los impactos positivos que esta organización tiene en la vida de algunos de los jóvenes más marginados de nuestra sociedad, y me maravillo ante los esfuerzos incansables de los empleados y voluntarios que trabajan arduamente para brindarles la ayuda que necesitan.
Al llegar a un nuevo país, los niños migrantes no acompañados enfrentan desafíos especiales. Muchos han huido de sus hogares debido a peligros, pobreza o persecución. Es posible que estén lidiando con las secuelas de una pérdida o trauma, y deben aprender un nuevo idioma y estilo de vida. Los programas de integración de nuestra organización tienen como objetivo proporcionar a estos niños un apoyo inicial para comenzar de nuevo en un nuevo país.
El trabajo de VISIONEERS
La enseñanza de idiomas, el conocimiento cultural y el desarrollo de habilidades de vida fundamentales, como la capacidad de mantener un trabajo o administrar las finanzas personales, son solo algunos de los muchos aspectos que abordamos en nuestros programas de integración. Para asegurarnos de que los jóvenes tengan acceso a las herramientas necesarias para su éxito, VISIONEERS colabora estrechamente con personas que aportan diversos antecedentes y habilidades, creando así una red de apoyo integral.
VISIONEERS es único porque nos esforzamos por poner en práctica nuestras creencias cristianas en todo lo que hacemos. Nos esforzamos por tratar a cada niño con amabilidad, dignidad y respeto, reconociendo que es un regalo de Dios. Aunque nuestros empleados y voluntarios provienen de diversas creencias y tradiciones culturales, todos nos hemos comprometido a seguir el ejemplo de Jesús y ayudar a las personas necesitadas.
Mi experiencia
Como pasante en esta organización, tuve la oportunidad de trabajar estrechamente con estos jóvenes y experimentar de primera mano cómo nuestros cursos de integración pueden impactar positivamente en sus vidas. He presenciado cómo jóvenes que antes estaban aislados y tenían dificultades para adaptarse a su nuevo entorno se han convertido en miembros seguros y comprometidos de su comunidad. He visto cómo construyen amistades y relaciones, persiguen sus sueños y se convierten en agentes de cambio.
Trabajar con niños migrantes no acompañados no siempre es fácil y ciertamente hay desafíos en el camino. Pero las recompensas son invaluables, y tener la oportunidad de cambiar la vida de estos jóvenes es un privilegio que siempre valoraré. Estoy agradecida por la oportunidad de trabajar en esta organización y me siento inspirada por el compromiso y la dedicación de mis colegas y otros voluntarios que están haciendo una diferencia en el mundo.